Boca Juniors, uno de los clubes más ganadores en la
historia del mundo, atraviesa una crisis futbolística e institucional sin
precedentes. Ni siquiera con Carlos
Bianchi (INTOCABLE) en el banco de suplentes, el “xeneize” puede revertir este
presente oscuro.
Tras la durísima goleada recibida el último fin de semana
por 6-1 en condición de visitante ante San Martín de San Juan, el rendimiento de muchos jugadores ha sido
cuestionado. Y no sólo el nivel del
último partido, sino el de anteriores y se pone en duda si realmente ciertos
jugadores se encuentran capacitados para vestir la camiseta de Boca.
La lista es extensa y probablemente los jugadores a
mencionar, algunos no serán tenidos en cuenta, otros se irán, y alguno no está
a la altura de jugar en la institución.
Cristian
Cellay: Vino de Estudiantes, campeón de América y en Boca no agarró una pelota, no ganó ninguna
dividida y tiene un promedio ubérrimo. Lo único que hizo fue hacerle dos goles
a un Gimnasia que peleaba por no descender.
Matías
Caruzzo: Llegó del Argentinos Juniors campeón con el “Bichi” Borghi como capitán y caudillo de la zaga
central. En el club de la Ribera dejó más dudas que certezas. Marca mal, comete infracciones
peligrosas (en su mayoría, penales) y no da seguridad a sus compañeros.
Clemente
Rodríguez: Un lateral que es un león viejo de zoológico. Es hora de darles lugar a los jóvenes.
Emiliano
Albín: Había arrancado bien, como una promesa por el lateral
derecho. Pero su juego comenzó a
extinguirse. Un desastre.
Lucas
Viatri: Está en Boca por el simple hecho de ser amigo de
Riquelme. Un jugador que ofende a los centrodelanteros.
Santiago
Silva: Un 9 que le pesa la camiseta de Boca. Hace goles de
penal, de jugada, esporádicamente. Parece un pinball: todas las pelotas le
rebotan. Comenzó como prioridad para
Bianchi, hoy es relegado por Blandi.
Leandro
Somoza: Es el volante central titular de emergencia por la
lesión de Erbes. Llegó a Boca como el
gran ordenador del mediocampo como lo hacía en Vélez, club con el que fue campeón. Lo único que se le asemejó a un 5 a la altura
de Boca fueron algunos cortes filosos que ha hecho. Luego, los rivales lo
pasaron como quisieron.
Franco
Sosa: Un 4 tibio. Juega con la presión de ocupar el puesto que
han cubierto Ibarra, Roncaglia, Soñora, Suñé. No desborda, duda en las salidas,
defiende mal y le pesa mucho la camiseta.
Pablo
Ledesma: Bianchi creyó y aún cree que puede ser el “Pablito” del
2004 o del 2007 con Miguelito Russo. Sin
embargo, el volante xeneize no encuentra
el nivel esperado por el cuerpo técnico.
Juega con presión, y eso en Boca no puede suceder.
Hay otros apuntados, pero principalmente estos jugadores
deben replantearse si quieren, pueden y sienten estar capacitados para vestir
la camiseta de Boca, un club con mística e historia.
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